DE LA DUEÑA DE LA TABLITA
En México, antes de que nos contagiaran el ritmo caribeño, les decíamos "merengueros" precisamente a los vendedores ambulantes del ese dulce crujiente, colorido y confeccionado principalmente con azúcar y claras de huevo. Los merengueros iban, por las calles, ofreciendo los dulces en una charola (o tablita) cubierta con papel celofán (para mostrar la mercancía y, al mismo tiempo, evitar que las moscas contaminen el producto) y, ocasionalmente, se jugaban la mercancía a petición de los clientes utilizando el famosísimo "volado" (que no es otra cosa que el jugar "cara o cruz" con una moneda). Los merengueros son especialistas en ello, pues casi siempre ganan...de ahí la frase, cuando acometemos empresas para las que no estamos preparados, "jugó a los volados con el de los merengues".
Los merengueros, en su recorrido por las calles, a veces llevan la tablita de los merengues sobre el hombro. Cuando tienen que despachar su mercancía, utilizan una especie de tijera, fabricada en madera, para colocar la tablita como si fuera una mesa. Pero cuando el camino es difícil o tienen que usar las dos manos en otra actividad, se colocan la charola sobre la cabeza. Cuando yo era pequeña, algunos niños, aprovechando el momento en que el merenguero se ponía la charola en la cabeza, aprovechaban para tratar de robarle un o de sus dulces: bien tirando una piedra para hacer caer la charola , o bien asociándose en grupo para que, mientras unos actuaran como distractores, otro llegaran hasta la tablita y pillaran los merengues que no se habían podido ganar en los "volados". Y, de esta explicación, proviene el nombre del blog.Mi abuela, que era un encanto pero para su época bastante vanguardista, cuando alguien le hacía enfadar muchísimo, le soltaba un : "Me tienes hasta la tablita de los merengues". Esto equivalía a un estar hasta las narices, agotar la paciencia o decir, como en México, me tienes hasta la madre"..Y es que, como ella decía, cada persona tiene una tablita donde guarda lo más dulce de su personalidad...pero ser "dulce" no implica ser pusilánime (después de todo, además de azúcar, el merengue está hecho con huevos), tampoco regalar esos dulces confeccionados con mucho esfuerzo, a cualquier idiota (hombre, mujer o quimera) que se presente queriendo pillarlos. Si alguien desea merengue, debe estar dispuesto a intercambiarlo, por algo que valga la pena (digo, para ser equitativos) o a jugarse un "volado" y aceptar las consecuencias que de éste se produzcan. Y jugar el "volado", además, implica que nos sabemos con la habilidad necesaria para jugarlo...si no es una pérdida miserable de tiempo.
En este blog, vamos a hablar de muchos merengues, de gente que se quiere jugar los volados (con más o menos éxito) y de aquellos que, como moscas, andan buscando probar los merengues, contaminarlos y luego salir en busca de otras tablitas.
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